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DESARROLLO

Cómo no pude percatarme de los sonidos extraños que mi casa empezaba a hacer. De cómo el agua hacia un esfuerzo monstruoso por fluir. De la plantas que marchitaban y no florecían por más que me esforzaba en cuidarlas. Cómo pude hacer caso omiso de las grietas que cada vez se extendían más y más. De las rayas gruesas e insistentes que se presentaban de una día a otro sobre un piso que nunca se terminó de acoplar a sus habitantes y sus pertenecías. Un acto disruptivo, tan frágil y delicado para recordarme que lo que no se dice se va hundiendo. Las hendiduras se  profundizan y se extienden, y un día deja de ser posible respirar. No me di cuenta que el aire era nulo y su amor poco. 

Nada. nada en absoluto. Y al final, Tierra, tierra y aire.

In the mood for love, Wong Kar Wai, 2000.

Sentarme a ver, sobretodo los árboles y su manera de expandirse, de crear sistemas hermosos., me decían que había que aprender a doblarse, a no resistirse, que así se respira mejor.

una no sabe respirar bien hasta que aprende a llorar.

REFERENCIAS VISUALES

REFERENCIAS NARRATIVAS

voz off

Yo no creía en el “para siempre” y por un momento, un sorbo largo de cachos intactos, me hiciste creer en lo infinito, cuando por debajo de tus manías, colapsabas el universo entero. Lo reiniciabas, y creabas, con el poder que sólo tú te otorgaste, un hoyo negro que devoraba todo lo conocido y toda luz que me permitía flotar sobre él. 

Hiroshima mon amour, Alain Resnais, 1959.                                                                      Guión: Marguerite Duras.

Yo no creía en el “para siempre” y por un momento, un sorbo largo de cachos intactos, me hiciste creer en lo infinito, cuando por debajo de tus manías, colapsabas el universo entero. Lo reiniciabas, y creabas, con el poder que sólo tú te otorgaste, un hoyo negro que devoraba todo lo conocido y toda luz que me permitía flotar sobre él. 

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