"Abismo" nace del vacío y su sombra. Esta pieza es el encuentro inevitable con lo que nos persigue, y resuena en lo más profundo. Un espacio creado para enfrentar y dialogar con lo que duele, y busca renacer para generar nuevos desenlaces. No es casualidad que esta construcción pronto haya encontrado un mundo alterno —creado de extractos emocionales que aún no sé nombrar— para existir y decir. Este ejercicio catártico funge como prólogo de un primer texto que escribí inspirado en el peso de ser mujer y madre. Indudablemente, el duelo que se detona aquí lo dedico a ellas, porque es ahí donde conocí estas voces y memorias. Quise convertir este proceso en un momento suspendido, envuelto de respiros y soledades, adherente a aquello que fluctúa entre lo vivo y lo muerto. Aquí comienza la primera ensoñación donde desembocan aquellos murmullos, perdidos en alguna parte de nuestra casa, entre culpas y duelos, íntimos y divididos, constantemente al margen de un "deber ser", una realidad compartida y, a veces, aún con todo el amor del mundo, asfixiante.